Fotografía: Página Siete
Después que Rosario Baptista presentó su renuncia como vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE), los constituyentes Marcela Revollo y Manfredo Bravo expresaron que ha quedado en evidencia su falta de independencia y su profunda crisis institucional.
Baptista renunció al cargo denunciando que el TSE está secuestrado por actores externos, que no tiene independencia ni autonomía y puso en cuestión, nuevamente, los resultados de 2020, afirmando que en las actuales condiciones técnicas el partido gobernante nunca perderá una elección.
Revollo y Bravo coincidieron en que es preocupante la situación del TSE por la pérdida de “credibilidad y porque la institución se está sumiendo nuevamente en una profunda crisis.
“Lo que genera es una gran desconfianza en la ciudadanía, sobre todo con las afirmaciones respecto al padrón. La gente ya miraba el TSE con cierta desconfianza, contrariamente a la transparencia que debe existir”, comentó Bravo a la Observación Ciudadana de la Democracia.
Pero pone también en duda “sobre todo la credibilidad de las autoridades electas por voto popular y la credibilidad de la democracia representativa”, añade Revollo, al referirse al administrador de los procesos electorales en el país y al guardián de la democracia. El lado más preocupante es el “profundo daño a la democracia”, afirma, porque “se ha agravado profundamente la situación, con lo que ha significado la denuncia del fraude electoral que ha puesto en escena la crisis interna, la subordinación y manipulación”.
Marcela Revollo fue parte de la Asamblea Constituyente que modificó la Constitución Política del Estado, instancia que elevó de Corte Nacional Electoral a rango de Órgano Electoral Plurinacional, es decir, que la “convirtió en un cuarto poder del Estado”. Aunque “se olvidan los mismos del Tribunal Supremo Electoral -que son el cuarto poder establecido por la Constitución- que desde su aprobación fue un órgano que se resistió a ejercer y asumirse como tal, y este fue sistemáticamente ejercido por el Órgano Ejecutivo”, cuestionó.
La estructura del Estado está conformada por los órganos Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral, cada uno es independiente uno del otro, sin embargo, hay críticas porque consideran que el Ejecutivo tiene el control de todos los poderes.
La misiva de Baptista al vicepresidente David Choquehuanca “deja claramente establecido que no hay independencia, no tiene un plan autónomo que mire el proceso democrático desde sus funciones y competencias”, observa Revollo. Cree que lo único “vigoroso” es el Órgano Ejecutivo, porque el Legislativo es una institución sin posibilidades políticas de responder a las demandas ciudadanas; mientras que el Órgano Judicial es “decadente” y atraviesa una crisis moral, ética e intelectual.
En esa misma línea, Bravo afirma que se confirman las sospechas de un manejo inadecuado, politizado, con interferencias y manipulación del Ejecutivo. “No sé si será totalmente, pero si hay una fuerte injerencia, la mayoría del TSE tiene un sometimiento al Ejecutivo”, detalla.
Cuando los pilares de la libertad, la participación, la transparencia y la justicia son atacados y vulnerados, “están mostrando la debilidad de la democracia, la fragilidad del sistema democrático y eso es muy peligroso para una vida pacífica”, explica Revollo.
Las alertas de la ex vocal Baptista deben servir para encaminar una auditoría efectiva y real al padrón electoral o en definitiva a un nuevo “empadronamiento”, sostiene Bravo.
Hay un escenario que no contribuye a la democracia
La constituyente Revollo dice que llama la atención los conflictos sociales en el país, que son generados, por ejemplo, por la falta de consenso y socialización de las leyes que se aprueban en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Observa que estos líos se estén resolviendo en las calles, “cuerpo a cuerpo”, mediante bloqueos, con saldo de vidas humanas, en escenarios de terror y violencia. “Son señales muy peligrosas (…). Esta visión amigo-enemigo tan básica del ejercicio democrático se posiciona cuando las instituciones dejan de cumplir su rol”.
Revollo “lamentó que existan instituciones del Estado, que son las llamadas a cumplir los contenidos de los derechos ciudadanos, no cumplan sus competencias.