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Editorial – Boletín de Septiembre

Autor: OCD Bolivia

La democracia requiere de varias condiciones institucionales y culturales para funcionar y consolidarse como el régimen político más apropiado para que las personas elegidas para gobernar durante un determinado lapso, instrumenten políticas y adopten medidas que expresan las aspiraciones y necesidades de los ciudadanos. Esto contrasta con el autoritarismo y la dictadura, en que el poder está concentrado en una persona o en un grupo de personas sin contrapesos institucionalizados.
Las elecciones para los órganos ejecutivo y legislativo del Estado son un componente muy importante de la democracia, puesto que determinan los cargos de presidente y vicepresidente en el órgano ejecutivo, así como al elenco completo de parlamentarios, de acuerdo con las fórmulas que establecen la conversión de la cantidad de votos obtenidos en las urnas en los correspondientes escaños de las dos cámaras del órgano legislativo.
El órgano electoral administra la preparación, ejecución y conteo de los votos emitidos, lo que exige que los miembros de dicho órgano deban poseer elevadas calificaciones profesionales y condiciones morales para ejercer con independencia y probidad sus funciones. La calidad de la democracia se determina en gran medida en el ámbito electoral, que es donde compiten las diferentes organizaciones de representación política, en particular los partidos políticos, por la preferencia de los electores. Un sistema pluralista de partidos políticos es uno de los componentes primordiales de la democracia, así como es absolutamente necesario que la traducción del voto en mayoría y minorías no traiga consigo el avasallamiento de las minorías, sino las garantías suficientes para el ejercicio de los derechos de las minorías.
Para que la participación ciudadana ocurra de una manera apropiada, no solamente en los eventos electorales, es imprescindible que estén en plena vigencia los derechos y garantías de libre expresión y opinión, de asociación, así como de libre acceso a la información pública, entre varios otros más. A tales efectos, resulta imprescindible que prevalezca en la sociedad una cultura democrática, cuyos alcances, contenidos y ejercicio permanente provienen de las tareas que realizan al respecto los partidos políticos, por una parte, de los medios de comunicación, por otra, así como de las diversas organizaciones de la sociedad civil, por último.
Los partidos políticos cumplen con diversas funciones, entre las cuales destacan la difusión de sus principios ideológicos y sus ofertas programáticas. Los medios de comunicación, por su parte, constituyen el vehículo por excelencia para la divulgación de los programas y las propuestas de los partidos políticos, lo cual debería ocurrir de una manera objetiva y equilibrada.
Para contribuir a la educación democrática y a la participación activa de la ciudadanía en los asuntos públicos, se ha establecido el Observatorio Ciudadano, el cual en el primer mes de monitoreo de medios de comunicación en seis departamentos del país, ha recopilado 1.355 entradas referidas a los temas de la institucionalidad democrática y de la reforma electoral.
La desagregación de los tópicos correspondientes a ambos temas pone de manifiesto una concentración muy grande de entradas en unas pocas cuestiones y deja por fuera asuntos relevantes en ambos temas, lo que se traduce por supuesto en un déficit de información proporcionada por los medios de comunicación para el conocimiento de la ciudadanía. Es de esperar que esto cambie en el futuro.

Septiembre 2021

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